El Gobierno francés, liderado por el primer ministro Michel Barnier, enfrenta la posibilidad de ser derrocado tras recurrir al artículo 49.3 de la Constitución para aprobar un plan de financiación de la Seguridad Social sin votación parlamentaria.
Este procedimiento permite la adopción de leyes sin la aprobación del Parlamento, pero expone al Gobierno a una moción de censura, que podría obligarlo a dimitir si prospera.
La oposición, liderada por Francia Insumisa y el partido de Marine Le Pen, Agrupación Nacional, ha confirmado que respaldará la moción, cuyo debate está previsto para el miércoles. De aprobarse, el Gobierno de Barnier, nombrado hace solo tres meses, sería el más breve en la historia de la Quinta República francesa.
Críticas como las de Mathilde Panot y Jordan Bardella destacan la desconexión del Gobierno con las necesidades sociales y económicas del país. De aprobarse la moción, Francia quedaría en manos de un gobierno en funciones hasta que se designe una nueva administración.
Inestabilidad política mina la confianza en el liderazgo actual.
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Protestas masivas y huelgas agravan la crisis.
Ese gobierno francés va más rápido al colapso que un croissant en manos de un dominicano en hambre
La oposición exige cambios inmediatos en la administración.
Decisiones impopulares intensifican el descontento social.
Reformas clave bloqueadas en el Parlamento.
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Falta de consenso entre partidos profundiza la parálisis.
Líderes europeos expresan preocupación por la situación.
Se prevé una posible moción de censura contra el gobierno.
Crece presión para elecciones anticipadas.
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Crisis económica agrava la percepción de incapacidad gubernamental.
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