Washington, D.C. – El Departamento de Seguridad Nacional (DHS) de Estados Unidos retiró este 22 de mayo la certificación del Programa de Estudiantes y Visitantes de Intercambio (SEVP) a la Universidad de Harvard, lo que impide a la prestigiosa institución continuar matriculando estudiantes extranjeros.
Según el DHS, la decisión responde a la “creación de un ambiente inseguro” en el campus, donde —según el comunicado oficial— se ha permitido que “agitadores antiestadounidenses y proterroristas” acosen a individuos, en particular a estudiantes judíos, y perturben el entorno académico.
Como consecuencia directa, los estudiantes internacionales actualmente matriculados en Harvard deberán ser transferidos a otras instituciones o perderán su estatus migratorio legal en EE.UU.
La secretaria del DHS, Kristi Noem, anunció la decisión a través de sus redes sociales, advirtiendo que esto es un precedente para otras universidades:
“Esta administración responsabiliza a Harvard por fomentar la violencia, el antisemitismo y coordinarse con el Partido Comunista Chino en su campus”, escribió.
Por su parte, el expresidente y actual jefe de Estado, Donald Trump, también se pronunció, afirmando que Harvard promueve una “enfermedad inspirada en la política, la ideología y el terrorismo”, al permitir protestas contra el financiamiento militar a Israel y en apoyo al pueblo palestino.
En este mismo contexto, Trump ordenó congelar fondos federales por 2.200 millones de dólares dirigidos a la universidad, y rescindió contratos gubernamentales por 60 millones de dólares, argumentando que permitir protestas prorreivindicativas interfiere con el desarrollo académico y pone en riesgo a estudiantes judíos.
En respuesta, el presidente de Harvard, Alan Garber, expresó que la universidad no cederá su autonomía ni renunciará a los derechos constitucionales, incluyendo la libertad de expresión:
“La Universidad de Harvard seguirá defendiendo el derecho a disentir y la integridad de su misión educativa”, declaró.
si hay acoso y antisemitismo tienen que poner orden aunque sea en harvard
eso manda un mensaje claro de que el relajo en los campus tiene límites
hay que proteger a los estudiantes y si harvard falló que asuma su bobo
ya era hora de que alguien frenara a esos grupos radicales disfrazados de activistas
no importa el nombre de la universidad si se convierte en nido de odio