Londres. — El Gobierno de Estados Unidos ha sido acusado de tratar de influir en los asuntos internos del Reino Unido luego de que un grupo de empleados del Departamento de Estado se reuniera con activistas antiabortistas británicos, según reveló el diario The Telegraph.
El equipo, perteneciente a la Oficina de Democracia, Derechos Humanos y Trabajo de EE.UU., visitó el Reino Unido en marzo y sostuvo reuniones con representantes del Ministerio de Exteriores británico, donde criticó a Ofcom, el regulador de telecomunicaciones del país, por su manejo del contenido en Internet.
Además de los encuentros oficiales, los funcionarios estadounidenses se reunieron en privado con cinco activistas antiabortistas que habían sido arrestados por protestar silenciosamente frente a hospitales donde se practican abortos. Las protestas violaban la nueva legislación británica que establece zonas de exclusión alrededor de clínicas médicas, prohibiendo manifestaciones, incluso en silencio.
Según la información filtrada, estos encuentros tenían como propósito informar directamente a la Casa Blanca sobre la situación de la libertad de expresión en el Reino Unido.
El caso de estos activistas ha captado la atención de aliados del expresidente Donald Trump, incluido su actual vicepresidente y figura clave del movimiento conservador, J.D. Vance.
Durante su participación en la Conferencia de Seguridad de Múnich en febrero, Vance mencionó específicamente a Adam Smith-O’Connor, un veterano militar condenado a libertad condicional por rezar en silencio frente a una clínica en Bournemouth. Vance lo calificó como ejemplo de que “la libertad de expresión está en retroceso en el Reino Unido y Europa”.
La revelación ha generado preocupación entre diplomáticos y sectores políticos británicos, que consideran que la actuación estadounidense podría constituir una injerencia indebida en la legislación y política interna del Reino Unido.
¿Y desde cuándo EE.UU. da clase de derechos humanos si vive metiendo la cuchara en casa ajena?
¡Ay mi madre! Hasta los antiabortistas británicos tienen más audiencia en la Casa Blanca que muchos votantes latinos.
Que no se hagan los santos… ¡eso suena más a espionaje diplomático que a preocupación por derechos humanos!
Los gringos criticando a Ofcom pero calladitos con los algoritmos de TikTok en su país… doble moral nivel Dios.
Protesta silenciosa, pero con eco en Washington. ¿Y el respeto a las leyes del Reino Unido dónde quedó?