Los senadores republicanos de Estados Unidos comenzaron esta semana intensas negociaciones para lograr la aprobación del plan fiscal del presidente Donald Trump antes del 4 de julio.
El líder republicano John Thune enfrenta el reto de unificar a su bancada, ya que solo puede permitirse perder tres votos. Mientras tanto, la Casa Blanca presiona para que la legislación llegue rápidamente al escritorio presidencial.
Uno de los mayores obstáculos es el rechazo del senador Rand Paul y otros republicanos que critican el incremento del déficit que generaría el plan, estimado en unos 3 billones de dólares en 10 años.
La propuesta ya fue aprobada por un estrecho margen en la Cámara de Representantes y enfrenta divisiones internas entre conservadores que exigen más recortes y centristas preocupados por las restricciones a Medicare y Medicaid.
El plan incluye extender los recortes fiscales de 2017 y aplicar nuevas exenciones para propinas, horas extras y compras de autos fabricados en EE. UU., junto a un aumento en los fondos para reforzar la política migratoria.
Para equilibrar el gasto, se plantean recortes a programas sociales. Los demócratas calificaron la propuesta de injusta y perjudicial, y prometieron resistirla en el Senado.
eso e’ lo mismo de siempre darle a los ricos y quitarle a los pobres
si Rand Paul ta en contra seguro que hay problema con ese presupuesto
tres billones en déficit eso e’ un hoyo negro en la economía