La Casa Blanca, bajo el liderazgo de Donald Trump, estaría presionando discretamente al Senado para suavizar un nuevo proyecto de sanciones contra Rusia, según reportó The Wall Street Journal. El objetivo de la Administración sería evitar medidas que interfieran con los intentos de Trump de mejorar las relaciones entre Washington y Moscú.
Las gestiones estarían dirigidas principalmente al senador Lindsey Graham, buscando que modifique el lenguaje del proyecto de ley para dar al presidente mayor discreción en la aplicación de sanciones. Una de las estrategias sería cambiar el término “deber” por “poder” en el texto, lo que convertiría las sanciones en opcionales.
Pese a estas maniobras, Trump declaró públicamente que no ha pedido suavizar la legislación, calificando el proyecto como “muy fuerte”. El plan actual cuenta con el respaldo de más de 80 senadores y contempla sanciones “aplastantes” y aranceles a países que compren recursos rusos si Moscú no se involucra en negociaciones para detener la guerra en Ucrania.
Ajá! Ya Trump quiere volver a hacer pana full con Putin.
Ese hombre nunca ha escondido su simpatía por Rusia, eh.
Cambiar «deber» por «poder» no es suave… ¡es abrirle la puerta en grande!