El bloqueo marítimo de las fuerzas militares de China contra la isla ponen en riesgo la distribución de chips y otros productos provenientes de la isla lo que ha encendido las alertas en Occidente.
China, ofendida por la visita a la isla de la presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi, no ignora esta artimaña: sus maniobras militares, que equivalen a un «bloqueo marítimo y aéreo» a Taipei, amenazan con disparar aún más la inflación en Occidente.
El conflicto está poniendo a prueba cadenas de suministro agotadas que luchan por recuperarse de la crisis de la pandemia, en lo que podría convertirse en un ensayo general para futuras represalias contra la asfixia económica.
Tal es su dependencia de la isla que en febrero el comisario de la UE, Thierry Breton, planteó una inquietante hipótesis: “Si Taiwán ya no pudiera exportar, casi todas las fábricas del mundo estarían cerradas en tres semanas”. , pero en todo caso, señala que si el conflicto con Rusia ha acelerado la búsqueda de la independencia energética en Europa, el conflicto de Taiwán alimentará un proceso ya en marcha tanto en el Viejo Continente como en Estados Unidos.
Aunque los resultados no están disponibles de inmediato, la carrera ha comenzado. El Congreso de EE. UU. aprobó la semana pasada una legislación que permitiría a la industria de los semiconductores entregar 52.700 millones de dólares en subsidios para competir con China, que tiene su propio plan Hecho en chinacrecer en este segmento. Mientras tanto, Bruselas espera movilizar 43.000 millones de euros en inversión pública y privada.
La escasez actual significa que cualquier interrupción del comercio podría afectar a las muchas empresas que importan semiconductores.
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