La Cámara de Representantes de EE. UU. aprobó por estrecho margen el nuevo plan fiscal impulsado por Donald Trump, que incluye un impuesto del 3.5 % a las remesas enviadas al extranjero, reduciendo el anterior 5 %.
Aunque más bajo, el gravamen afectará notablemente a migrantes y economías como la de México, El Salvador, Guatemala y República Dominicana, donde las remesas representan una parte importante del PIB.
México reaccionó en contra de la medida, alegando que viola el tratado bilateral de 1994 contra la doble tributación. Mientras tanto, el plan fiscal también contempla recortes de más de 1 billón de dólares en programas sociales como Medicaid, Medicare y asistencia alimentaria, afectando a millones de personas vulnerables.
La Oficina de Presupuesto del Congreso advirtió que esto podría aumentar la deuda nacional en 3 billones de dólares en la próxima década.
La propuesta aún debe ser aprobada por el Senado, donde los republicanos tienen mayoría. Trump presionó públicamente para una aprobación rápida antes del 4 de julio, afirmando que es una medida necesaria para proteger a los trabajadores estadounidenses y fortalecer el control migratorio. El proyecto también contempla incentivos fiscales y mayores fondos para seguridad fronteriza.
Bajaron del 5 al 3.5 %, pero como quiera están clavando al pobre que manda su chelito pa’ su familia.
Eso es un impuesto al corazón… porque quien manda remesa lo hace pa’ ayudar, no pa’ que le cobren más.
Trump no perdona ni los cuartos de la abuela en San Pedro que le mandan desde Nueva York.
Pero qué abuso, Dios mío! En vez de apoyar al migrante, lo castigan más.
Aquí lo que viene es que mucha gente va a buscar otras formas de mandar dinero y evitar ese impuesto.