El cónclave para elegir al nuevo líder de la Iglesia católica comenzó este miércoles 7 de mayo en el Vaticano, pero la primera votación no logró consenso: ninguno de los cardenales obtuvo los dos tercios necesarios para convertirse en el sucesor del papa Francisco.
La elección se lleva a cabo en la Capilla Sixtina bajo estrictas medidas de aislamiento, con la participación de 133 cardenales menores de 80 años —de los 135 que se esperaban inicialmente— luego de que dos se ausentaran por razones de salud. De los electores presentes, 108 fueron nombrados por el propio Francisco.
El procedimiento continúa con cuatro votaciones diarias: dos en la mañana y dos en la tarde. Las papeletas se queman tras cada ronda. Si nadie alcanza los votos requeridos, el humo es negro. Si se elige nuevo papa, la fumata blanca anuncia su designación.
En caso de llegar a 34 rondas sin resultados, solo los dos candidatos más votados podrán ser considerados. El elegido deberá aceptar el cargo y, al hacerlo, adoptará un nuevo nombre y recibirá la vestimenta papal.
Los cónclaves anteriores, en 2005 y 2013, duraron solo dos días. ¿Se repetirá la historia esta vez?
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Con 108 cardenales puestos por Francisco, el próximo papa tiene que tener el sello del jefe
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