Durante el simposio de la OEA, el presidente del Consejo Presidencial de Haití, Smith Augustin, pidió que se dejara de ver a Haití como un problema para la región y reclamó solidaridad internacional.
Reconoció la gravedad de la crisis de seguridad, señalando que las pandillas controlan gran parte de Puerto Príncipe y otras zonas del país, y pidió acción urgente para recuperar la soberanía del Estado haitiano.
Augustin afirmó que el gobierno de transición ya ejecuta una hoja de ruta con mayor inversión en seguridad, incluyendo formación de personal, modernización de equipos y rechazo a cualquier vínculo con bandas criminales. También responsabilizó a la élite tradicional haitiana por alimentar una estructura social desigual que ha derivado en violencia extrema y degradación social.
En su discurso, también denunció el flujo de armas hacia Haití, subrayando que el país no las produce, y criticó el estigma regional que presenta a Haití como fuente de crimen transnacional.
En cambio, propuso que se reconozca la dimensión regional del problema y se actúe con cooperación real. Afirmó que Haití seguirá luchando por su estabilidad y confía en el apoyo de América para lograrlo.
Está bien que pidan ayuda, pero Haití necesita más acción que discursos bonitos.
¡Al fin alguien en Haití asume algo de responsabilidad y no solo echa la culpa pa’ fuera!
Eso de culpar a la élite suena a verdad vieja, pero nadie se atreve a meterle mano.