Israel ha permitido por primera vez en más de dos meses la entrada de ayuda humanitaria a la Franja de Gaza, tras intensas presiones internacionales. La medida se produce en medio de una nueva ofensiva militar israelí contra Hamás, que ha dejado cientos de muertos en los últimos días y ha agravado una crisis humanitaria sin precedentes.
Hasta el momento, solo cinco camiones con alimentos y medicinas han ingresado, una cifra considerada totalmente insuficiente por Naciones Unidas y grupos de ayuda.
La población gazatí enfrenta niveles alarmantes de hambre: casi medio millón de personas están al borde de la inanición y más de un millón sobreviven con una alimentación mínima.
Las cocinas comunitarias, únicas fuentes de comida para muchos, están cerrando por falta de suministros, y miles de niños ya han sido tratados por desnutrición. La ayuda sigue retenida en las fronteras mientras hospitales colapsan y se reporta que el 90 % de la población ha sido desplazada.
Israel busca implementar un nuevo sistema de distribución de ayuda controlado por empresas privadas y apoyado por Estados Unidos, lo cual ha sido rechazado por agencias de la ONU y ONGs, que lo consideran contrario a los principios humanitarios. También temen que ese plan provoque más desplazamientos.
Mientras tanto, la comunidad internacional exige un levantamiento total del bloqueo y cuestiona los planes de Netanyahu, que implican mantener el control sobre Gaza y fomentar la «emigración voluntaria» de su población.
cinco camiones pa’ una crisis así eso e’ como echarle agua a un fuego con un vasito
la gente muriéndose de hambre y ellos dejando pasar migajas
esa ayuda no da ni pa’ empezar la fila
Israel dejó pasar algo pero con una mano tira bombas y con la otra reparte comida
los niños desnutridos y los hospitales colapsando mientras el mundo mira y no hace na’
cinco camiones pa’ casi dos millones de gente eso no e’ ayuda eso e’ relajo
el pueblo muriéndose y lo que quieren e’ meter empresas privadas a repartir comida
están usando el hambre como arma y el mundo sigue en silencio