La ONU, a través de su programa ONU-Hábitat, advirtió que la crisis mundial de la vivienda podría convertirse en una emergencia humanitaria si los gobiernos no actúan de inmediato.
Durante la reanudación de la segunda Asamblea de ONU-Hábitat en Nairobi, se reveló que casi 3,000 millones de personas viven sin acceso a una vivienda adecuada, servicios básicos o tierra segura, lo que agrava la pobreza y la desigualdad global.
La directora ejecutiva de ONU-Hábitat, Anacláudia Rossbach, explicó que esta situación se ve empeorada por el cambio climático, los conflictos armados y el desplazamiento forzado.
Además, resaltó la falta de recursos y de voluntad política, aludiendo indirectamente a la presión que enfrentan los organismos multilaterales en un mundo cada vez más polarizado. Por eso, llamó a la acción colectiva y urgente para garantizar el derecho a una vivienda digna y sostenible.
En la conferencia participan más de 200 representantes de gobiernos, entre ellos 39 ministros, y se discuten resoluciones clave como el plan estratégico 2026-2029 y las nuevas directrices sobre ciudades inteligentes centradas en las personas.
La Asamblea busca impulsar soluciones inclusivas ante la creciente urbanización global y promover políticas que reduzcan las desigualdades habitacionales.