Panamá vive un momento de alta tensión marcado por fuertes protestas sociales y una creciente presión geopolítica. Los gremios de maestros y trabajadores de la construcción han iniciado un paro indefinido en rechazo a la Ley 462, que introduce reformas al sistema de seguro social, las cuales consideran un paso hacia la privatización.
Estas manifestaciones se suman a una ola de movilizaciones que han ganado fuerza desde 2022, reflejando el malestar social ante las políticas del presidente José Raúl Mulino.
En el plano internacional, EE.UU. ha incrementado su influencia en Panamá, reactivando su interés estratégico en el Canal y firmando acuerdos que le permiten operar bases militares temporales.
La administración Trump busca frenar la presencia china, lo que ha llevado a la venta parcial de puertos panameños a la estadounidense BlackRock, aunque el proceso está en pausa por una investigación del regulador chino. Estas acciones colocan a Panamá en el centro de una disputa geopolítica entre Washington y Pekín.
Mientras tanto, el gobierno panameño adopta una narrativa represiva contra los movimientos sociales, amenazando con despidos y sanciones.
Las organizaciones convocan nuevas movilizaciones, especialmente para el 1 de mayo, exigiendo la derogación de la reforma al seguro social y denunciando la entrega de soberanía a EE.UU. El país, que por décadas se mantuvo alejado de grandes crisis internas, se convierte ahora en un foco de conflicto social y estratégico internacional.
Eso allá en Panamá ta que arde compai la gente ta’ jarta de que le toquen su seguro
Ese presidente Mulino va a tener que salir a dar la cara porque el pueblo no se va a dejar
Cuando los maestros y los constructores se unen es porque la vaina ta fea
Detrás de todo eso hay bobo geopolítico entre China y USA que no es chiquito
Oye esa vaina de vender puertos a BlackRock y la gente en la calle cogiendo lucha