La delegación rusa llegó este domingo a Estambul para participar en la segunda ronda de negociaciones directas con Ucrania, prevista para el próximo 2 de junio, en medio de una escalada de tensiones políticas y militares que amenaza con obstaculizar el proceso de paz.
La fecha fue confirmada días atrás por el ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, quien adelantó que Moscú presentará un memorando que recoge su postura sobre “todos los aspectos de la superación fiable de las causas profundas de la crisis”. Según Lavrov, el documento fue elaborado “sin demora” tras la primera ronda de diálogo celebrada el 16 de mayo en la misma ciudad.
Sin embargo, el ambiente previo a la nueva reunión se ha visto enturbiado por una serie de incidentes que Moscú considera intentos de socavar el proceso de negociación. El jefe de la delegación rusa, Vladímir Medinski, fue incluido en la lista negra del sitio ucraniano Mirotvórets, que publica información personal de figuras consideradas enemigas del Estado ucraniano. Según denuncias, tanto Medinski como su familia –incluidos menores de edad– han recibido amenazas.
Paralelamente, Ucrania ha intensificado sus ataques contra infraestructura civil en territorio ruso, según reportó el Ministerio de Defensa de Rusia. Solo entre la noche del 27 y la madrugada del 28 de mayo, las fuerzas de defensa antiaérea interceptaron 296 drones tipo avión en 13 provincias, y en los últimos siete días habrían destruido más de 2,300 drones de ataque, de los cuales 1,465 fueron fuera de la zona de operación militar especial.
En el plano internacional, Rusia también ha denunciado un aumento de la tensión promovido por los aliados de Ucrania. Esta semana, el canciller alemán, Friedrich Merz, declaró que Alemania, Reino Unido, Francia y Estados Unidos han levantado las restricciones sobre el uso de armamento entregado a Ucrania, permitiendo ahora ataques más profundos en territorio ruso. En respuesta, Lavrov afirmó que la “participación directa” de Alemania en el conflicto “ya es evidente”.
La primera ronda de negociaciones se celebró el pasado 16 de mayo, tras un aplazamiento de 24 horas atribuido a retrasos por parte de la delegación ucraniana. Según la parte rusa, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, tardó en confirmar la composición de su delegación y mantuvo una reunión previa con el mandatario turco Recep Tayyip Erdogan.
Durante ese primer encuentro, ambos bandos acordaron un intercambio de prisioneros a gran escala (1.000 por 1.000) y se comprometieron a presentar propuestas formales para un posible alto el fuego en forma de memorandos.
Las expectativas para esta nueva ronda son bajas, dadas las acusaciones cruzadas y la falta de consenso sobre los términos de una tregua. Aun así, la mediación turca y la presión internacional mantienen viva la posibilidad de un avance en las negociaciones.