Al menos seis personas murieron y otras 15 resultaron heridas en un ataque con drones atribuido a las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF) contra el Hospital Internacional Obeid, en Kordofán del Norte, Sudán. El hospital sufrió graves daños, obligando a suspender sus servicios en una zona que ya enfrenta una crisis humanitaria por la guerra civil en curso.
El ataque se suma a una serie de ofensivas contra infraestructuras civiles y médicas, mientras las fuerzas del ejército sudanés intentan mantener rutas estratégicas hacia el oeste del país.
Al mismo tiempo, el país sufre un brote de cólera con más de 65.000 casos y más de 1.700 muertes desde agosto de 2024, agravado por el colapso del sistema de salud y el desplazamiento masivo.
La violencia sigue empujando a millones fuera de sus hogares: más de 11 millones han sido desplazados por la guerra desde 2023, incluyendo 250.000 que han huido a Libia.
En ese contexto, el accidente de un vehículo en el desierto libio mató a 11 refugiados sudaneses más un conductor libio, mostrando cómo el conflicto sigue extendiendo sus efectos mortales más allá de las fronteras.
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