Desde su despliegue en junio de 2024, los soldados kenianos que integran la Misión Multinacional de Apoyo a la Seguridad (MMAS) en Haití enfrentan altos niveles de violencia y condiciones precarias.
En zonas como Pétion-Ville y los alrededores del aeropuerto de Puerto Príncipe, patrullan diariamente bajo fuego de bandas armadas, mientras expresan que “toda la carga recae sobre ellos”, en contraste con otros países que desempeñan tareas menos arriesgadas.
Además del peligro constante, los uniformados denuncian falta de apoyo logístico, pagos incompletos y decisiones estratégicas mal coordinadas.
Algunos aseguran que no cuentan con armamento adecuado frente a criminales mejor equipados, que los vehículos blindados se averían frecuentemente y que no tienen cobertura aérea en operaciones de alto riesgo. Dos soldados murieron y varios resultaron heridos desde su llegada.
La misión opera en un contexto caótico: casi el 90 % de Puerto Príncipe está controlado por pandillas, más de 5,600 personas fueron asesinadas en 2024 y más de un millón han sido desplazadas. A medida que la policía haitiana se ve superada, los soldados kenianos, frustrados y mal equipados, denuncian sentirse abandonados y expuestos en una misión internacional que carece de liderazgo claro.
Increíble!!!
esa gente la mandaron pa un infierno sin paracaídas
tan metidos en una guerra y sin ni un refuerzo decente
con armas viejas y sin apoyo aéreo no van a durar mucho
tan tirando esos soldados como carne al matadero
los kenianos ta’ claro que se sienten usados